
Las calderas de condensación son muy distintas de las calderas de gas convencionales. La condensación de los humos es probablemente la tecnología que mayor rendimiento proporciona a una caldera. Aumentar el rendimiento significa menor consumo de gas para calentar nuestros hogares, y menor consumo de gas significa mayor respeto al medio ambiente.
Las calderas de condensación tienen la ventaja de aprovechar gran parte del calor que se expulsa en los humos en forma de vapor de agua. Este aprovechamiento genera un rendimiento extra, lo que permite a estas calderas el consumir de media entre un 20 y un 30% menos de gas.
Al contrario de lo que se suele decir, las calderas de condensación son adecuadas para cualquier tipo de instalación, otra cosa es que rindan mejor en determinadas circunstancias de trabajo. Ya sean instaladas para alimentar radiadores o suelo radiante, el ahorro de combustible siempre se da en mayor o menor medida. Cuanto mayor sea el consumo de calefacción, más rentable es usar una caldera de condensación, pues su eficiencia aumenta cuando la instalación trabaja a bajas temperaturas.
¿Qué suelen aportar las calderas de condensación?
Las calderas de condensación suelen aportar sobre todo una eficiencia energética alta; esto se traduce en:
- Un ahorro de hasta un 30% en las facturas de gas. Estas calderas, al recuperar calor perdido de los humos, consumen menos gas para calentar la casa.
- Una menor emisión de contaminantes. Estas calderas, al tiempo que aumentan su rendimiento y consumen menos gas, reducen las emisiones de dióxido de carbono y el impacto en el medio ambiente.
Funcionamiento de las calderas de condensación
Estas calderas son equipos electrónicos. La electrónica de control permite la comunicación entre el termostato y la caldera para garantizar un funcionamiento más óptimo.
Estas calderas suelen instalarse con termostatos modulantes. Dicha modulación de la temperatura permite a la caldera adaptarse a la temperatura de la vivienda en función de la demanda y de la temperatura exterior. Su precisión permite ajustar el aporte energético a las condiciones de la demanda de calor en cada instante, garantizando el confort y minimizando el consumo de combustible.
Toda reducción en el consumo de combustible se traduce en una menor emisión de CO2 a la atmósfera. Se trata, por tanto, de calderas ecológicas que cuidan el medio ambiente. Al tiempo que reducen la emisión de CO2, reducen también la emisión de NOx, óxidos de nitrógeno, causantes de la lluvia ácida.
¿Es rentable instalar una caldera de condensación con radiadores convencionales de alta temperatura?
Evidentemente trabajar a altas temperaturas de retorno no es lo más ideal para estas calderas, puesto que la condensación del humo no se puede producir si el agua de retorno no es lo suficientemente fría. Sin embargo, hasta en estas condiciones, las calderas de condensación ofrecen hasta un 5% más de eficiencia respecto a las calderas convencionales.
Si podemos instalar radiadores más grandes, dimensionados para temperaturas de agua bajas, podremos favorecer la condensación y conseguir mayores ahorros.
Consejos para ahorrar con nuestra caldera
- No debemos ventilar abusivamente la vivienda. No conviene hacerlo más de 5 minutos. Ese tiempo es suficiente para renovar el aire y no perder demasiado calor en la vivienda.
- Debemos ubicar los termostatos correctamente. Un termostato mal ubicado puede producir un considerable despilfarro de calor.
- En las horas en las que no vayamos a usar la calefacción, no debemos permitir que la casa baje de los 18ºC. Si enfriamos completamente la casa cada día, necesitaremos mucho más combustible para calentarla.
- Podemos bajar las persianas de las habitaciones vacías. La propia persiana crea una cámara de aire con el cristal de la ventana que favorece el aislamiento.
- No poner a secar la ropa ni las toallas encima de los radiadores. No se deben tapar los radiadores para favorecer una correcta transmisión y distribución del calor generado por la caldera.