
Te lo habrás preguntado muchas veces: ¿Qué sistema de calefacción es mejor? Aunque no podamos evitar lo desagradable que es salir a la calle con el frío en estos meses de invierno, sí podemos preparar nuestra vivienda para que se transforme en un refugio cálido escogiendo un buen método de calefacción.
Ya que el plan de calefacción es una de las instalaciones más costosas que podemos hacer, te explicamos las peculiaridades de los principales sistemas para que selecciones el que mejor se amolde a tu domicilio.
¿Qué sistema de calefacción es mejor?: Calderas
Para este sistema de calefacción precisamos una caldera que genere el calor y unos radiadores que lo repartan (aunque existen otros sistemas de reparto que no son necesariamente radiadores).
Vamos primero con la clase de caldera:
● Gas natural: Las calderas de gas natural van ganando cada vez más afiliados a la hora de acomodar una vivienda. Donde no hay red de gas natural y queremos usar combustibles gaseosos, no queda más remedio que poner calefacción por propano (o calefacción por butano), pero donde hay red de gas natural, es más conveniente hacer uso de ella, así no tendremos que disponer de un espacio especial para el almacenaje del gas. Además, el precio del propano es más elevado que el del gas natural.
● Gasoil: Son calderas que trabajan con gasóleo y su primordial baza es la fiabilidad mecánica de los quemadores, aunque una instalación de gasoil puede ser más elevada que una de gas natural.
● Eléctrica: Aunque muchos no las han oído nombrar nunca, existen. Son las calderas eléctricas (no termos, calderas de calefacción). En ellas el agua se calienta con energía eléctrica y se evitan los inconvenientes de fugas de gas o intoxicaciones por monóxido de carbono. El principal inconveniente de estas calderas es el coste del consumo eléctrico, lo que hace que se vean muy poquitas instaladas a día de hoy.
● Leña o biomasa: Son calderas que utilizan energía 100% renovable. Estos combustibles tienen un buen poder calorífico, sin embargo, generan gran cantidad de cenizas y residuos en los cuerpos de las calderas, exigen un gran mantenimiento y tienen el inconveniente, al igual de las calderas de gasoil, que no pueden instalarse en apartamentos que pertenezcan a un edificio (pues el suministro del combustible y las exigencias de las salidas de humos dificultan mucho encontrar lugares apropiados). Las calderas de leña o biomasa y las de gasoil son sistemas más aptos para viviendas unifamiliares en el campo o fuera de las ciudades (no en edificios de varias plantas).
Bombas de calor
Son como aparatos de aire acondicionado. Pueden producir aire caliente y frío o bien agua caliente y fría (estas últimas bombas de calor son las denominadas bombas de calor aerotérmicas, geotérmicas, etc.). Cuando se usan las bombas de calor para producir agua caliente, los radiadores deben ser de baja temperatura (más grandes que los normales), o bien podemos llevar el agua a fancoils o suelo radiante.
Estufas de biomasa
Son la opción más de moda de unos años hacia aquí: las estufas de pellets (aunque también las hay de cáscara de almendra y otros combustibles renovables). Son por lo general estufas que producen aire caliente para una estancia grande (salones de 40-50 m2 como mínimo). Aunque existen estufas canalizables por conductos y también hidroestufas (calderas) que producen agua para distribuir a elementos terminales.
¿Qué sistema de calefacción es mejor?: Elementos terminales para instalaciones de agua
Radiadores
A la hora de distribuir el calor por las distintas habitaciones, podemos instalar radiadores convencionales conectados a la caldera. A través de ellos circula el agua caliente proveniente de la caldera. Si trabajamos con generadores de baja temperatura, como bombas de calor aerotérmicas o geotérmicas, los radiadores deben ser especiales de baja temperatura, que son más grandes.
Fancoils
Son igual que radiadores pero con ventilador, básicamente. Funcionan habitualmente con generadores de baja temperatura como bombas de calor aerotérmicas.
Suelo radiante
Son líneas de tuberías enterradas en el pavimento. Trabajan también con generadores de baja temperatura como las bombas de calor aerotérmicas.
Otras opciones: «Calor Azul»
Son radiadores eléctricos que contienen un fluido en su interior, tipo aceite o similares. Eran sistemas más usuales cuando la factura de la luz era más baja (como los acumuladores eléctricos, prácticamente desaparecidos). La instalación de estos radiadores de calor azul es fácil. Pecisan un escaso mantenimiento. Su inconveniente es el mencionado ya, el coste de la luz, que es más superior que el de otros combustibles.